
Anduvieron por el desierto, por soledad sin camino. Sin hallar ciudad donde vivir, hambrientos y sedientos su alma desfallecía en ellos. Entonces clamaron a Jehová en su angustia. Y los libro de sus aflicciones. Los dirigió por camino derecho, para que viniesen a ciudad habitable.
Salmo: 107; 4-7
Que difícil es cuando como jóvenes andamos en la soledad sin saber a donde ir. Vivimos en un mundo donde a fuerte voz varias “culturas” nos invitan, y quieren enseñarnos el cómo actuar, el vestir, que música escuchar etc. A veces llegamos a creer que en todo esto podría haber una “felicidad o satisfacción”, pero a la vuelta del tiempo nos damos cuenta que se trato de una felicidad pasajera y momentanea, podemos andar por el mundo de un lado para otro buscando, ¿Buscando?...
¿Qué buscamos? ¿Qué esperamos de los demás? ¿Qué esperamos de nosotros mismos? Dime ¿Qué buscas tú?
En la cita señalada del Salmo 107:4-7. El pueblo de Israel conociendo a su Dios, buscaban un lugar. Y de tanto buscar estaban perdidos, desolados con hambre y sed, sin encontrar un lugar en donde descansar. Que triste es que muchas veces actuamos así, los que conocemos a Dios. Más a delante vemos en la cita que ellos reaccionaron y se volvieron Dios y dice que: Él los libró y les mostró un camino para que fuesen a ciudad habitable. Entonces, ¿acaso no todos los caminos son habitables o mas bien dicho convenientes? Pensemos un momento ¿en que ciudad estamos? si es habitable ¿o no?. Si estas en una ciudad habitable mis felicitaciones, pero si no.. Te invito a que nos volvamos a Él.
Con cariño Karla Vega.
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